El licor benedictino es una bebida elaborada a partir de aguardiente o coñac, combinada con una infusión de plantas aromáticas como tomillo, hisopo, cardamomo y menta.
Su receta, creada en 1510 por el monje Dom Bernardo Vincelli en la abadía benedictina de Fécamp, ha permanecido secreta a lo largo de los siglos.
Este elixir, famoso desde el Renacimiento, fue valorado tanto como bebida como por sus propiedades medicinales.
Licor hecho a base de aguardiente o coñac y una infusión de plantas aromáticas como tomillo, hisopo, cardamomo y menta. La receta exacta se ha mantenido secreta desde su descubrimiento en 1510 por Dom Bernardo Vincelli, monje de la abadía benedictina de Fécamp en Normandía (Francia). Durante todo el Renacimiento este elixir adquirió gran fama, no solamente como bebida, sino como cordial conveniente para los enfermos. Los monjes continuaron su elaboración hasta que la Revolución Francesa provocó la dispersión de su orden. Desde 1863, en que Alexandre Legrand descubrió el secreto de la fórmula, el licor se ha venido elaborando por una sociedad perteneciente a la familia del descubridor. La fórmula continúa siendo un secreto celosamente guardado. La destilería está situada en terrenos de la antigua abadía de Fécamp. Como en la época de los monjes, cada botella lleva las iniciales D.O.M. (Deo Optimo Máximo). Es el más antiguo de cuantos licores inventados por las órdenes religiosas se conservan en la actualidad.