El Congreso de Berlín fue una importante reunión de potencias europeas en 1878, tras la Guerra Ruso-Turca.
Su objetivo principal fue revisar el Tratado de San Stéfano, que había dejado a Turquía con pocas posesiones en Europa.
Convocado por el canciller Bismarck, el congreso reunió a naciones como Alemania, Inglaterra, Rusia y Turquía, entre otras.
Como resultado, se redefinieron fronteras y se establecieron nuevos estados, como Rumania y Montenegro, mientras que Bulgaria fue dividida.
Berlín, Congreso De
Nombre con que se conoce la reunión de potencias europeas en 1878, al final de la Guerra Ruso-Turca, para revisar el Tratado de San Stéfano. En este tratado Turquía había perdido casi todos sus territorios europeos, excepto Albania y los alrededores de Constantinopla. Inglaterra, alarmada ante el crecimiento del poderío ruso, temió que Bulgaria se convirtiera en una dependencia del zar. Cuando los ingleses amenazaron con la guerra, los rusos se avinieron a asistir al Congreso de Berlín, convocado por el canciller Bismarck. En él estuvieron representadas Alemania, Inglaterra, Rusia, Turquía, Francia, Austria-Hungría e Italia bajo la presidencia de Bismarck. Por el Tratado de Berlín, Rusia perdió la mayor parte de sus conquistas de guerra. Rumania, Servia y Montenegro, fueron declaradas libres y soberanas. Bulgaria quedó dividida en dos: la Bulgaria propiamente dicha pasó a ser un principado soberano que debía fidelidad al sultán de Turquía y la Rumelia oriental quedó sometida al poder militar turco. Bosnia y Herzegovina pasaron a ser protectorados de Austria-Hungría. Grecia obtuvo la promesa de mejora en sus límites con Turquía, mejora que se consumó en 1881. Rusia recibió Besarabia a costa de Rumania a cambio de la Dobrucha y en Asia Menor Kars, Ardahan y Batum a costa de Turquía. Por un tratado separado con Turquía, Inglaterra consiguió la administración de la isla de Chipre.