La Bética fue una división histórica de la España romana que abarcaba, en términos generales, la actual Andalucía, aunque sus límites eran más amplios.
Su nombre proviene del río Betis, conocido hoy como Guadalquivir.
Esta región, rica en recursos como toros, cereales y minerales, fue colonizada por fenicios, griegos y cartagineses antes de ser integrada por los romanos en la España Ulterior.
En el 27 a.C., el emperador Augusto estableció la Bética como una provincia administrada por un procónsul, dependiente del Senado.
Definición de Bética (división histórica de la España romana)
División histórica de la España romana, coincidente en líneas generales con la actual Andalucía, si bien rebasaba los límites presentes de dicha región española. El nombre de Betis, aplicado al Guadalquivir, es el origen de esta antigua demarcación. Después de haber sido conocida por fenicios, griegos y cartagineses, que establecieron en ella prósperas colonias e hicieron famosa la riqueza de la Bética en toros, cereales, caballos y minerales, al ocupar los romanos la Península Ibérica englobaron Andalucía en la España Ulterior, hasta que en el 27 a. de J.C. el emperador Augusto dividió las posesiones romanas en España en tres provincias: la Tarraconense y la Lusitania, administradas directamente por el emperador, y la Bética, que ocupaba el S de la Península, dependía directamente del Senado y estaba por ello administrada por un procónsul. La Bética se extendía entre la Tarraconense por el N, Lusitania por el O y el Atlántico y Mediterráneo por el S y el E. Comprendía por tanto la actual Andalucía, salvo la provincia de Almería (Tarraconense) y una buena parte de Castilla la Nueva, Extremadura y el S de Portugal. A ello se añadió posteriormente el N de Africa, segregado más tarde por Constantino (332) para formar la provincia de Mauritania Tingitana. Parte de la región oriental de la antigua Bética se integró en la nueva provincia Cartaginense, con lo que la frontera quedó establecida al O de Baeza y Guadix. Cuatro conventos jurídicos se repartían la Bética: Astigis (Ecija), Hispalis (Sevilla), Gades (Cádiz) y Corduba (Córdoba), y a esas importantes ciudades se sumaban otras muchas, como las de Itálica, Malaca, Tartesios, Carteya, Munda, hasta 175 según datos de Plinio. Habitaban la Bética tribus diversas, entre las que destacaban los túrdulos, turdetanos, tartesios, bastetanos, bástulos, y otros. Transformada en Vandalusia con la invasión de los bárbaros (vándalos), se convierte finalmente en la demarcación administrativa árabe. El-Andalús, más coincidente ya con la actual Andalucía, a la que parece que dio nombre, aunque algunos autores lo hacen derivar del anterior, Vandalusia.