Tradicional competición de tiro al arco del norte de Francia y Bélgica. Los equipos disparan alternativamente a dos objetivos uno enfrente a otro, a 50 m. Una formación perpendicular de muros de madera asegura un camino paralelo a la zona de alcance. Después de cada ronda, los arquero toman su propio arco y disparan directamente al lado contrario (estando a la dirección contraria del viento). Uno dispara siempre la misma flecha, suponiendo esta como la mejor hecha, así como ocurriera en los tiempos del medievo, siendo muy difícil tener una flecha con una calidad constante. La ronda con los objetivos blanco y negro imitan la corpulencia de un soldado; su diámetro es a la anchura de la espalda y el centro al tamaño del corazón.