Las bibliotecas de la antigua Constantinopla fueron centros culturales fundamentales desde su fundación en el año 330 d.C.
por Constantino el Grande, quien estableció una biblioteca con unos 6000 volúmenes.
A lo largo de los años, emperadores como Constancio, Teodosio y Juliano ampliaron esta colección, que llegó a alcanzar los 100000 volúmenes antes de ser destruida por un incendio en el 477.
Estas bibliotecas, muchas de ellas impulsadas por organizaciones eclesiásticas, enfrentaron la pérdida de numerosos textos debido a la oposición a la literatura pagana, marcando el inicio de una decadencia cultural.
bibliotecas de la antigua Constantinopla
Al mismo tiempo (330 d. de J.C.) que trasladaba su sede imperial de Roma a Constantinopla, Constantino el Grande fundó también una biblioteca de unos 6000 volúmenes. Siguiéronle a Bi-zancio muchos eruditos que colaboraron en la compilación de literatura cristiana para la biblioteca. Constancio, Teodosio y Juliano aumentaron la colección considerablemente hasta que llegó a alcanzar la cifra de 100000 volúmenes, cuando la biblioteca fue destruida por el fuego en el 477. También se abrieron otras bibliotecas por iniciativa generalmente de organizaciones eclesiásticas, pero muchos de sus volúmenes fueron dispersados y otros quemados por fanáticos que se oponían a la literatura pagana. Griegos y romanos cesaron prácticamente de recoger libros para sus bibliotecas en la época en que la sede del gobierno fue trasladada a Constantinopla hasta que la caída del Imperio de Occidente (476) sumió a las bibliotecas en honda decadencia.