El término birijí se refiere a un árbol de la familia de las mirtáceas, característico de Cuba.
Este árbol crece en terrenos bajos y medianos, adaptándose a las condiciones del entorno.
Su presencia en la flora cubana lo convierte en un elemento importante dentro de los ecosistemas locales, destacando por su valor ecológico y su contribución a la biodiversidad de la región.