Una bomba de eflujo es un mecanismo de resistencia a los antibióticos presente en bacterias como Escherichia coli.
Consiste en un sistema de transporte que expulsa los antibióticos del citoplasma, disminuyendo su concentración y permitiendo a la bacteria sobrevivir a tratamientos con medicamentos como eritromicina, tetraciclina, ampicilina y ácido nalidíxico.
Este mecanismo requiere energía y puede ser potenciado por mutaciones que aumentan la actividad de estas bombas, otorgando a las bacterias la capacidad de resistir a múltiples antibióticos.
Med. Tipo de mecanismo de resistencia a los antibióticos. Es un mecanismo que disminuye la concentración de antibióticos en el citoplasma debido a una especie de bombas expulsoras del mismo, este es un mecanismo de transporte que requiere gasto de energía.
Existen muchas bacterias, incluso la popular Escherichia coli, que tienen el mecanismo de "bomba de eflujo" que permite resistir a múltiples antibióticos como la eritromicina, la tetraciclina, la ampicilina y el ácido nalidíxico.
Las bacterias sufren mutaciones que permiten aumentar estas bombas de eflujo que hacen posible que sobrevivan a exposiciones de diversos antibióticos.
Mecanismo de funcionamiento
En términos generales, una bomba de eflujo es un tipo de mecanismo que utiliza ciertas células para expulsar sustancias químicas fuera de ellas. En el caso de la medicina, las bombas de eflujo pueden ser un mecanismo de resistencia a los antibióticos en algunas bacterias, lo que dificulta su tratamiento.
Básicamente, estas "bombas" son proteínas de membrana que se encargan de transportar los antibióticos desde el interior de la célula al exterior de la misma, evitando así que se acumulen y puedan ejercer su acción bactericida. De esta manera, las bacterias pueden mantenerse vivas y reproducirse a pesar de la presencia de antibióticos.
Es importante destacar que no todas las bacterias tienen bombas de eflujo, y que la presencia de este mecanismo de resistencia puede variar incluso dentro de una misma especie bacteriana. Además, existen otros mecanismos de resistencia a los antibióticos, por lo que es necesario continuar investigando y desarrollando nuevas estrategias terapéuticas para combatir las infecciones bacterianas.