Forman esta familia los abejorros y abejartones. Todos ellos, grandes e importantes, figuran entre los insectos más interesantes y sólo ceden en importancia a las abejas comunes como polinizadores, recolectores de polen y productores de miel. Su larga trompa les permite polinizar muchas plantas inasequibles a otros insectos. Son insustituibles, por ejemplo, en la fertilización del trébol y la alfalfa. Las grandes reinas fecundadas pasan el invierno en árboles huecos, edificios abandonados o, más a menudo, en viejos nidos del suelo. Las obreras inician sus faenas al comienzo de la primavera a tiempo de recoger el polen de las primeras flores. Estas abejas instalan generalmente sus nidos en madrigueras abandonadas por los roedores, en las que se alojan con frecuencia miles de insectos.