César Borgia (1476?-1507) fue un célebre aventurero y el segundo hijo del cardenal Rodrigo de Borgia, quien se convertiría en el papa Alejandro VI.
Nacido en Roma, César fue un soldado audaz y un inteligente diplomático, desempeñando un papel crucial en la expansión de los territorios de los Borgia.
Su ambición y falta de escrúpulos lo llevaron a enfrentarse a poderosas familias italianas, consolidando así el poder de su familia a expensas de otros.
Biografía de Borgia, César
(1476?-1507). Célebre aventurero, segundo hijo del cardenal Rodrigo de Borgia o de Borja, noble español que ocuparía el solio pontificio con el nombre de Alejandro VI, y de Julia Farnesio, llamada Vanozza. Nació probablemente en Roma y en 1480 fue absuelto de la ilegitimidad de su nacimiento por el papa Inocencio VIII.
César, soldado audaz y sin escrúpulos e inteligente diplomático, fue el principal instrumento de su padre, quien empleó los poderes temporales del papado para extender las posesiones de los Borgia a expensas de los Orsini, Colonna y otras nobles familias italianas, aunque hay historiadores que sostienen que César fue el instigador y Alejandro, su hombre de paja. Como quiera que sea, lo cierto es que durante la época de Alejandro, los Borgia medraron considerablemente a costa de la hacienda de otras poderosas familias y de los bienes de la Iglesia.
Una semana después de ser coronado papa Alejandro VI (1492), César fue nombrado arzobispo de Valencia, si bien es verdad que no fue a España. Continuó residiendo en el Vaticano y alcanzó el capelo cardenalicio en 1493. En 1497 era asesinado Juan Borgia, duque de Gandía, probablemente a instigación de su hermano César, celoso de la influencia del duque sobre Alejandro VI, su padre. El carácter de César no se acomodaba a las órdenes menores recibidas ni a su dignidad de cardenal, por lo que fue dispensado de ambas y enviado como legado pontificio a Francia (1498). Cuando Alejandro anuló el matrimonio de Luis XII, César, en recompensa, fue nombrado duque de Valentinois; un año más tarde casaba con Carlota de Albret, hermana del rey de Navarra. Al mando de tropas francesas y con el apoyo papal conquistó la Romaña, que había rehusado reconocer la supremacía pontificia, y en 1501 recibió de manos de su padre el nombramiento de duque de la Romaña. Posteriormente derrotó a los Sforza y Malatesta, intervino en la muerte de los dos príncipes de Faenza y acompañó a Luis XII en su ignominiosa invasión de Nápoles. En 1502 tomó Urbino y Camerino y dio muerte a varios miembros de las familias Varani, Orsini y Vitelli. Aunque en apariencia hacía ver que defendía los derechos temporales de los papas, lo cierto es que planeaba para sí mismo la creación de un extenso reino. Pero la muerte de Alejandro VI en 1503, probablemente por envenenamiento, puso fin a sus ambiciones. Al año siguiente fue vencido por una coalición de sus numerosos enemigos. Apresado por el nuevo papa, Julio II, fue obligado por éste a devolver todas sus posesiones a la Iglesia y enviado a España al cuidado de Gonzalo de Córdoba. En 1504 fue hecho prisionero por orden de Fernando el Católico; escapó en 1506 y buscó refugio en la corte de su cuñado, el rey de Navarra, en cuyo servicio ingresó. Murió en Viana en oscuro combate librado contra los vasallos rebeldes del monarca. Censurado por su política pérfida y vida licenciosa, es probable que no fuera peor que tantos aventureros de la época. Se dice que inspiró a Maquiavelo en su obra El príncipe.