Lucrecia Borgia (1480?-1519) fue una dama italiana y figura histórica controvertida, hija del cardenal Rodrigo de Borgia, quien se convertiría en el papa Alejandro VI.
Nacida en Roma, su vida estuvo marcada por matrimonios estratégicos y la influencia de su padre y hermano, César Borgia.
Considerada por algunos como un monstruo y por otros como una víctima, Lucrecia navegó entre el poder y la tragedia, convirtiéndose en un símbolo de las intrigas renacentistas.
Biografía de Borgia, Lucrecia
(1480?-1519). Dama italiana, hija natural del cardenal Rodrigo de Borgia, que después habría de ser papa Alejandro VI (1492), nacida probablemente en Roma. Es una de las figuras históricas más discutidas: considerada por unos un verdadero monstruo, por otros víctima inocente de las maquinaciones de su padre y de su hermano César. Casó a los 11 años por poder con un noble español, pero dos años más tarde fue anulado su matrimonio. También fue declarado nulo (1497) su matrimonio con Giovanni Sforza, señor de Pesaro, de forma que un año más tarde pudo casar con Alfonso, duque de Bisceglie, hijo natural de Alfonso II de Aragón. En 1500 era asesinado el Duque de Bisceglie, probablemente a instigación de César Borgia. De nuevo Alejandro VI arregló un matrimonio para Lucrecia (1501), esta vez con Alfonso de Este, más tarde duque de Ferrara. En todos estos matrimonios, Lucrecia, que posiblemente sólo amó de veras a Alfonso de Bisceglie, fue un mero instrumento al servicio de las ambiciones de su padre y hermano. En vida de aquél fue blanco de la murmuración y calumnia de los enemigos de su familia hasta el punto que apenas hubo un crimen que no le fuera imputado. Tal era el odio hacia los Borgia que cuando Juan, hermano de Lucrecia, cayó asesinado, probablemente por orden de César, no faltó quien sugiriera los celos como móvil del crimen atribuyendo a Lucrecia relaciones incestuosas con su padre y hermanos. A pesar de haberse descubierto una bula fechada en 1498 en la que Alejandro reconoce como propio al hijo de Lucrecia y otra en la que atribuye tal paternidad a César, la crítica moderna, que reputa falsos tales documentos, ha limpiado de truculentas inmundicias la vida de Lucrecia, no sin dejar por ello de reconocer la vida licenciosa de esta mujer, que, sin embargo, de no ser por el encumbramiento de la familia Borgia, no hubiera llamado particularmente la atención en la turbulenta Italia de los siglos xv y xvi.