Boyacá es un departamento de Colombia ubicado en la región oriental del país.
Limita al sur con la Intendencia del Meta, al sureste con la Comisaría del Vichada, al norte y este con la Intendencia de Arauca y Venezuela, y al noroeste con los Departamentos de Santander, Santander Norte y Antioquia.
Con una extensión de 67929 km2, es el departamento más grande de Colombia.
Orográficamente, presenta zonas muy diversas.
Boyacá (departamento de Colombia)
Dep. de la región oriental de Colombia, limitado al S por la Intendencia del Meta, al SE por la Comisaría del Vichada, al N y E por la Intendencia de Arauca y la República de Venezuela, al NO por los Departamentos de Santander, Santander Norte y Antioquia.
Sus 67929 km2 de extensión le confieren el primer lugar entre los departamentos colombianos.
Orográficamente se distinguen zonas muy diferentes.
El centro y O están cruzados por la Cordillera Oriental, que en este departamento alcanza su máxima expansión hacia el E y forma un gran codo en el que cambia su dirección al O. La topografía es muy accidentada; a elevaciones considerables, como la Sierra Nevada de Chita (5360 m) y el Páramo de Pisva (3960 m), se oponen fértilísimos valles, como los de Chiquinquirá y Tundama, o altiplanicies. La parte oriental entra dentro de la inmensa región de «Los Llanos de Casanare», con sólo pequeñas elevaciones entre los 100 y 500 m de altitud.
Dos grandes vertientes hidrográficas dirigen sus aguas al Mar Caribe por el Magdalena, que en el O forma límite con Antioquia, y al Atlántico por la gran cuenca venezolana del Orinoco.
Este recibe las aguas del Meta, el gran río boyacense, que forma límite con la Intendencia del Meta y la Comisaría del Vichada. Cusiana, Pauto y Casanare son los principales entre los muchos afluentes que engrosan el Meta en este departamento y que con sus valles tienen una gran significación en la economía agrícola y pecuaria. La Laguna de Tota (104 km2) y la de Socha son las principales superficies lacustres.
El 70 % de la superficie boyacense corresponde a las tierras cálidas, lo que naturalmente influye en el predominio de los cultivos tropicales, pero sus tierras templadas (7,6 %) y frías (14,7 %) permiten una gran variedad vegetativa. Sólo los páramos muy elevados, que ocupan el 7,7 %, son inútiles por completo.
Riqueza económica. La zona oriental es esencialmente forestal, con gran variedad maderera: maderas finas como el caobo, comino, cedro; medicinales como la zarzaparrilla y la ipecacuana; industriales como el seje. El porvenir económico de Boyacá puede radicar en una explotación técnica e industrializada de su riqueza forestal.
De momento tiene mayor importancia la agricultura, en la que destacan los cultivos de papas, trigo y cebada, todos ellos propios de las zonas templado-frías. Predominan el algodón y cacao en la hoya del río Minero; la caña de azúcar en las tierras templadas y cálidas; otros cultivos comprenden maíz, arroz, frutas de todas clases (especialmente naranjas), aceitunas, dátiles, etc. El café se cultiva en un tercio de los municipios. Pero toda la explotación agrícola tropieza con la dificultad de la escasez de vías de comunicación para dar salida a los productos.
Excelente porvenir ofrece la ganadería, que ya alcanza gran importancia por su número de bovinos y ovinos. Notable importancia tienen también el ganado de tiro y las aves de corral. Las zonas ganaderas más importantes son: los «Llanos de Casanare», los valles de Tundama, Chiquinquirá y la región andina (para el ganado lanar), pero, además, la represa de «Gacheneque» da ya gran interés ganadero a los valles de Samacá y Cucaña. La pesca es reducida, pese a la riqueza en especies y en cantidad que tienen el Meta, Casanare y Magdalena.
El subsuelo de Boyacá es rico en minerales. Destacan las explotaciones de mineral de hierro de Paz del Río, que darán lugar a un notable desarrollo industrial. Son famosísimas las esmeraldas de Muzo, Coscuez, Chivor y Somondoco. Otras explotaciones comprenden: cobre en Moniquirá, salitre en Paipa, mármoles en Leiva y Tinjacá, sal gema, asfalto, carbón, petróleo y calizas.
Las «Acerías de Paz del Río» trabajan el mineral de hierro producido; Tunja fabrica tejidos de lana, gaseosas, licores destilados y harinas. Samacá tiene una fábrica de hilados y tejidos; en otros centros existen numerosos pequeños talleres manufactureros que producen tejidos, licores y productos de alfarería. De momento, sin embargo, el valor industrial de Boyacá sólo representa un porcentaje ínfimo del total del país, con Duitama, Tunja y Chiquinquirá como principales centros industriales.
Boyacá sostiene un intenso comercio con los otros departamentos, a los que exporta sus productos agrícolas y ganaderos y pronto podrá enviar artículos de hierro y acero; necesita en cambio productos manufacturados. En Tunja existe un importante aeropuerto y en Paz del Río otro que funciona en conexión con la empresa explotadora del mineral.