El término brechador proviene del ámbito del juego, específicamente en la cultura germánica.
Se refiere a la persona que se involucra o tercia en una partida, aportando su participación y estrategia.
Este rol puede ser crucial para alterar el desarrollo del juego, ya que el brechador puede influir en las decisiones de los demás jugadores y en el resultado final.
Su presencia añade una capa de complejidad y dinamismo a la experiencia lúdica.