Nombre genérico de las sales del ácido bromhídrico. Los bromuros usados en medicina son sedantes, pues ejercen acción depresiva sobre el sistema nervioso central. La sal sódica es probablemente la más empleada. Administrados después de la comida con gran cantidad de agua, los bromuros alivian la ansiedad, el temor, nerviosismo y falta de reposo de los pacientes que sufren enfermedades crónicas, como cardiacos e hipertensos. En general, son beneficiosos en los estados de histeria y en lo mareos producidos por viaje o embarazo. El alivio de la inquietud y la excitación pueden facilitar la aparición del sueño, pero los bromuros de por sí no son somníferos y van siendo remplazados por los barbitúricos-para este fin.
Los bromuros afectan las zonas motoras y sensitivas de la corteza cerebral y en grandes dosis deprimen los reflejos al perturbar el enlace entre la sensación periférica y el cerebro. Al aminorar la actividad motora del cerebro contrarrestan las convulsiones y reducen el número de ataques epilépticos. Son eficaces en casi el 90 % de los casos de epilepsia, pero a veces se necesitan grandes dosis, hasta de 10 g diarios, para reducir la frecuencia de los ataques. En la terapéutica contra la epilepsia, los bromuros van siendo remplazados por productos con menos efectos secundarios.
Los bromuros se absorben muy rápidamente; una elevada concentración en el estómago puede causar intoxicación, con la consiguiente baja de cloruros. La administración prolongada origina una muy enojosa y molesta afección llamada «bromismo», que puede desembocar en dermatitis y diversas perturbaciones gastrointestinales, mentales y neurológicas. Los bromuros alcalinos y alcalinotérreos se usan en farmacia, los de sodio y potasio se emplean en fotografía y lo de litio y calcio como desecantes industriales.