La palabra brosladura se refiere a una bordadura, en su primera acepción, aunque hoy en día se considera una expresión anticuada y en desuso.
Este término evoca una técnica o estilo de decoración que ha perdido relevancia en el lenguaje contemporáneo, reflejando cómo algunas palabras pueden quedar relegadas a la historia del idioma.
Su uso actual es muy limitado, lo que la convierte en un interesante vestigio del pasado.