La palabra brotante tiene un significado que se remonta a la arquitectura, donde se refiere a un tipo de arbotante, una estructura que soporta el peso de las bóvedas en edificios.
Aunque esta acepción es considerada anticuada y actualmente está en desuso, su uso en el contexto arquitectónico evoca la importancia de la ingeniería en la construcción de grandes obras.
Así, "brotante" nos conecta con un pasado donde la forma y la función se entrelazaban en la edificación.