El bucardo, también conocido como íbex pirenaico, es una especie de cabra montés que habitaba en los Pirineos, específicamente en las montañas del norte de España y el sur de Francia.
Destacaba como uno de los ungulados más emblemáticos de la fauna ibérica por su aspecto físico: tamaño mediano, pelaje grueso de color pardo grisáceo con tonalidades claras en el vientre y franja dorsal oscura.
Los machos adultos alcanzaban una altura promedio de 95 cm en la cruz y un peso de alrededor de 80 kg, además de poseer grandes cuernos en forma de sables que podían medir hasta 70 cm de longitud.
El bucardo, también conocido como íbex pirenaico, es una especie de cabra montés que habitaba en los Pirineos, particularmente en las montañas del norte de España y el sur de Francia. Es considerado uno de los ungulados más emblemáticos de la fauna ibérica.
El aspecto físico del bucardo se caracteriza por su tamaño mediano, con una altura promedio de unos 95 cm en la cruz y un peso que ronda los 80 kg en los machos adultos. Su pelaje es grueso y de color pardo grisáceo, con una tonalidad más clara en el vientre y una franja dorsal oscura. Los machos poseen grandes cuernos en forma de sables que pueden llegar a medir hasta 70 cm de longitud.
Esta especie era muy apreciada por su belleza y por ser una presa desafiante para los cazadores. Sin embargo, la caza excesiva y la destrucción de su hábitat natural llevaron al bucardo al borde de la extinción. En 2000, se documentó la última hembra de bucardo y, a pesar de los esfuerzos de conservación, murió ese mismo año, marcando el triste final de la especie.
Sin embargo, a través de técnicas de clonación, se ha intentado revivir al bucardo. En 2003, se logró obtener una cría de bucardo mediante el proceso de transferencia nuclear, utilizando una célula somática congelada de un bucardo previamente muerto. Aunque esta cría murió poco después debido a un defecto pulmonar, marcó un hito importante en la ciencia de la conservación.