El buceo es la acción de sumergirse en el agua, ya sea en el mar, ríos o lagos, para explorar el mundo submarino.
Esta actividad puede realizarse con o sin equipo especializado, como botellas de oxígeno o máscaras.
El buceo no solo permite observar la vida marina, sino que también se utiliza en actividades recreativas, científicas y de rescate, ofreciendo una conexión única con el entorno acuático.
Por buceo se entiende en sentido estricto el acto de sumergirse en el agua; por extensión se aplica a cualesquiera de las formas actuales de descenso dentro del agua con fines prácticos, como el de la pesca de esponjas y perlas, la construcción de puentes, diques, muelles y rompeolas, la cimentación de puentes, la elevación a la superficie de buques naufragados, el rescate de cargamentos hundidos y la reparación de cables submarinos.
El buceo en el fondo del mar, sin ayuda mecánica de respiración para la captura de ostras, esponjas y corales, es de origen muy antiguo y todavía se practica en Oriente, donde los expertísimos pescadores de perlas son capaces de permanecer bajo el agua durante dos, tres y hasta cuatro minutos. Sin embargo, este método primitivo ha sido en gran parte sustituido por el empleo de diversos aparatos de buceo, que permiten al buzo o explorador submarino permanecer sumergido durante varias horas.
La campana de buzo. El más primitivo de los aparatos de inmersión fue la campana de buzo, de la que algunas variantes modernas prestan aún gran servicio en los trabajos de salvamento, construcción de puentes y rompeolas, trabajos de puertos y salvamentos de submarinos.
La primera campana práctica fue la ideada por el Dr. Edmund Halley en 1720. Se trataba de una campana de madera, lastrada para que pudiera mantenerse en posición vertical, durante el descenso construida de forma troncocónica, con una capacidad de 1,70 m3. Con la campana se hundían también toneles revestidos de plomo y llenos de aire comprimido, encargado de suministrar aire a la campana por medio de una manguera de cuero. El modelo actual se basa en el perfeccionamiento en 1778 por John Smeaton, consistente en una campana de casco de hierro que pesaba unos 4,500 kg y recibía aire comprimido por una manguera de 6,35 cm de diámetro. Se empleó por primera vez en la construcción de los pilares de un puente en Ramsgate,. La campana de bucear moderna pesa unas 35 t y desciende eléctricamente. Carece de base y está construida de modo análogo con fuertes planchas de acero. En la parte superior posee unas ventanas de cristal muy resistentes, perfectamente adaptadas para dar entrada a la luz. En su cabeza se atornilla el tubo suministrador de aire, cuyo extremo va unido a una bomba impelente situada en la superficie. El interior dispone de asientos que una cadena colgante se encarga de ajustar a la altura conveniente mediante piedras o bloques de cemento que en su otro extremo hacen de contrapeso. La campana se sumerge en el agua con la ayuda de un sistema de cadenas que se operan desde una barcaza o plataforma. Se usa para profundidades de 12 a 24 m, desde los que se mantiene la comunicación con la superficie por teléfono. La presión del aire en el interior de una campana en descenso ha de aumentar constantemente para contrarrestar el creciente empuje del agua que asciende por su interior al aumentar la presión del fondo. El aire sobrante escapa por la boca abierta en la campana.
En 1939 se empleó una campana de bucear ideada especialmente para el salvamento de submarinos. Este artificio piriforme, que mide 3 m de altura y pesa unas nueve toneladas, va provisto de fuerte empaquetadura de goma en torno a la boca inferior para facilitar su conexión hermética con la escotilla del submarino. La campana aparece dividida interiormente en dos compartimientos, superior e inferior, además del tanque de lastre. Accionada por medio de un chigre de aire comprimido, la campana de acero desciende suspendida de un cable hasta caer sobre la escotilla del submarino. El aire del compartimiento inferior comprime el agua y, una vez efectuado el contacto, se cierran las válvulas y se sujetan unos cabos adicionales a las muletillas situadas alrededor de la escotilla del submarino, que, en ese momento, puede abrirse. Las víctimas pasan a la cámara superior de la campana, una vez cerradas las escotillas del submarino y del compartimiento inferior, en cuyo instante el chigre da marcha atrás, izando el aparato a la superficie. Gracias al empleo de este equipo pudieron ser rescatados los 31 hombres del submarino Squalus, el 24 de mayo de 1939, en aguas de Portsmouth (New Hampshire). La Armada norteamericana posee cinco barcos de salvamento de submarinos, equipados todos ellos análogamente y repartidos en diferentes puntos.
La escafandra.
Para trabajar en aguas poco profundas se sustituye la campana de bucear por la escafandra, que Augustus Siebe perfeccionó hacia 1830. La escafandra, de sarga impermeabilizada revestida de caucho, lleva en la parte superior un casco de cobre, que se ajusta a un peto del mismo metal. El casco va provisto de tres ventanillas: dos laterales protegidas con enrejado metálico y una frontal que puede abrirse. Además de una válvula especial de entrada, destinada a impedir el escape o retorno a la manguera del aire suministrado, el casco de la escafandra va equipado con otras dos válvulas de funcionamiento automático que permiten al buzo, respectivamente, regular el suministro de aire según sus necesidades y dar salida al aire viciado. Las diferentes partes del equipo pesan: el casco 18 kg; los dos contrapesos de plomo que el buzo lleva en el pecho y en la espalda para dar estabilidad a la escafandra, 18 kg cada uno; los zapatos de cuero provistos de una gruesa suela de plomo, 9 kg cada uno; una cuerda de señales permite al buzo, que va armado corrientemente de un poderoso cuchillo y una lámpara submarina, la comunicación con la superficie.
Entre los últimos perfeccionamientos del aquipo figura el traje articulado de aleación de acero y aluminio, que permite al buzo trabajar a la presión atmosférica normal. Ello elimina del todo cualquier peligro de aeremia, típica enfermedad de los buzos, provocada por la emersión demasiado rápida a la superficie, El descenso demasiado precipitado de la presión del aire origina la forma de burbujas de nitrógeno en la corriente sanguínea. Con trajes ordinarios el buzo rétorna gradualmente a la normalidad en una cámara de descompresión, que le somete a presiones gradualmente decrecientes.
El equipo de superficie se compone de compresores de aire accionados mecánicamente, que, en las operaciones de buceo, proporcionan al buzo el aire necesario; un recipiente o tanque de aire intermediario, que actúa como depósito de suministro de aire no sólo para los mismos buzos, sino también para el funcionamiento de sus herramientas neumáticas; tubos principales de la campana; dínamos para la iluminación y comunicación telefónica. Un bote conduce a los buzos, con los aparatos necesarios, al escenario de las operaciones; el descenso se efectúa por una escala de hierro, de cuyo peldaño inferior pende una pesada maroma o escala de cuerdas que llega hasta el fondo del mar. Con equipos apropiados, al producirse el desastre del Squalus, los buzos pudieron trabajar con seguridad a una profundidad de unos 85 metros.
En 1925 se iniciaron investigaciones en tomo a la posibilidad de sustituir el nitrógeno por el Helio en la respiración a grandes profundidades. El helio no produce en los buzos el efecto narcótico que origina la respiración del aire ordinario (79 % de nitrógeno y 20 % de oxígeno) a más de 60 m de profundidad. Los buzos han alcanzado profundidades de 150 m en tanques especiales de presión usando una mezcla de helio y oxígeno (helio 80-87 %, oxígeno 20-13 %). La notable marca de profundidad de 167 m fue alcanzada con el uso de helio-oxígeno y un equipo de bucear que, incluyendo el casco, no pesaba más de 32 kg. El equipo corriente pesa 86 kg. Durante la II Guerra Mundial se construyó un equipo especial sumamente ligero en el que una máscara remplazó al pesado casco metálico.
En los tiempos modernos se han perfeccionado considerablemente los equipos de inmersión. Notemos especialmente la escafandra autónoma o aqualung ideado por Gagnan y Cousteau. Provista de botellas de aire comprimido a 150 o 200 atmósferas esta escafandra suministra automáticamente al usuario aire a la presión normal mediante una válvula reguladora de la que salen tubos de caucho que se insertan en una boquilla. Véase Batiscafo; Exploración submarina.3º artículo
Origen de la palabra: conjugación del verbo «bucear», modificándolo así: buceo
(buceo) conju. v. Conjugación del verbo bucear. Se trata de la primera persona del singular (yo buceo) del Presente del Indicativo.
Se usa o puede usarse como: sustantivo masculino, conjugación del verbo
¿Cómo separar en sílabas buceo?
bu-ce-o La palabra buceo tiene 3 sílabas.
¿Dónde tiene acentuación buceo?
Tiene su acento prosódico (sin tilde) en la sílaba: ce Tipo de acentuación de buceo: Palabra grave (también llana o paroxítona). Posee hiato simple e-o.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de buceo
Palabra inversa: oecub Número de letras: 5 Posee un total de 3 vocales: u e o Y un total de 2 consonantes: b c
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