La bula era un pequeño adorno romano, generalmente en forma de esfera hueca de oro, que los jóvenes libres llevaban colgado del cuello.
Este distintivo se usaba hasta cumplir los 17 años, momento en el que comenzaban a vestir la toga viril.
Su origen se remonta a Etruria, donde era un accesorio común, y su popularidad en Roma se consolidó durante el reinado de Tarquino el Antiguo, según relatos de Plinio.
Entre los romanos pequeña esfera hueca de oro que usaban pendiente del cuello como adorno y distintivo los jóvenes libres hasta la edad de 17 años en que vestían la toga viril. Al parecer, su origen debe buscarse en Etruria donde era corriente como adorno. En Roma empezó a usarse en tiempos de Tarquino el Antiguo, según Plinio.