Robert Burns (1756-1796) fue el poeta escocés más célebre, nacido en Alloway, cerca de Ayr.
Hijo de un labrador, absorbió de su madre canciones y baladas tradicionales, mientras que su padre le inculcó un fuerte sentido de independencia y el valor de la educación.
Su vida estuvo marcada por la lucha contra la pobreza y el trabajo arduo en tierras difíciles, lo que influyó en su obra poética y su legado cultural.
Biografía de Burns, Robert
(1756-96). El más popular de los poetas escoceses, nacido en Alloway, localidad cercana a Ayr (Ayrshire). Era hijo del labrador William Burnes y de Agnes Brown. De su madre analfabeta el escritor aprendió gran cantidad de canciones tradicionales, baladas y proverbios; de su padre, el espíritu de fiera independencia, un profundo respeto por la educación y el deseo de aprovechar las oportunidades.
La vida de William Burnes fue una lucha ininterrumpida contra la pobreza en tierras improductivas, primero en Alloway, más tarde en Mount Oliphant (1766-77) y por último en Lochlie (1777-84). Aunque acertó a dar una educación elemental a sus dos hijos mayores Robert y Gilbert, pronto hubieron de incorporarse éstos a las faenas agrícolas. El exceso de trabajo y la mala alimentación afectaron al parecer al corazón de Burns provocando su temprana muerte.
A la muerte del padre (1784), Robert y Gilbert se trasladaron a la granja de Mossgiel, cerca de Mauchline, pensando salvar de este modo la situación económica de la familia y rehacer su fortuna. Al sentirse libre, Robert dio rienda suelta a los impulsos que la férrea disciplina de su padre había doblegado; de modo que, en mayo de 1785, la sirvienta Elizabeth Patón le dio una hija. En 1785, había conocido los Poems de Robert Fergusson. Aunque ya en 1781 había intentado componer versos, la lectura de las obras de Fergusson y Allan Ramsay le hicieron ver las posibilidades literarias de su idioma vernáculo, el escocés. Su primera obra en esta lengua fue The twa Herds, sátira en torno a la disputa existente entre dos pastores protestantes de la comarca, pertenecientes al Partido Conservador (Auld Licht). La obra encantó al Partido Liberal, pero hizo recaer sobre el autor las iras del clero perteneciente al Auld Licht, que encontró en las irregularidades sexuales del poeta un medio para sujetarlo a la disciplina de la Iglesia.
En el otoño de 1785, Burns entró en relaciones con Jean Armour, hija de un albañil. Pretendió casarse con ella, pero no lo consiguió por la oposición del padre de la muchacha; la humillación que esto le produjo y sus dificultades económicas en Mossgiel, le impulsaron a emigrar a Jamaica. Antes de partir, sin embargo, decidió publicar sus poemas por suscripción. De esta suerte, a fines de julio de 1786, pudo aparecer en Kilmarnock una edición de 600 ejemplares con el título de Poems, Chiejly in the Scottish Dialect, que obtuvo inmediatamente un gran éxito.
Durante su primera estancia en Edimburgo fue protegido por la buena sociedad que —desconocedora del verdadero alcance de su formación intelectual— le saludó como «Bardo de la Naturaleza». Algunos, sin embargo, se mostraron ofendidos por las ásperas salidas del poeta y su ignorancia de las más elementales normas de educación, por lo que en su segunda visita a la capital (1787-88) fue acogido menos calurosamente. Durante el invierno que pasó en Edimburgo tuvieron lugar sus devaneos amorosos con Mrs. Agnes M’Lehose, reflejados en su célebre Sylvander and Clarinda.
Había esperado obtener el empleo de recaudador de contribuciones, pero hubo de volver desanimado a la granja al fallarle la protección de sus mecenas. Sin embargo, en el último momento, obtuvo autorización para cobrar impuestos y con esta credencial en el bolsillo comenzó a trabajar en Ellisland, donde hizo definitivamente esposa suya a Jean Armour, después de haber tenido de ella dos pares de mellizos.
Las últimas obras poéticas de Burns fueron escritas en los ratos sustraídos a sus faenas de labrador y recaudador de contribuciones. Escribió, además, algunas sátiras, epístolas y monólogos dramáticos, semejantes a los que dieron fama a su volumen de Kilmarnock. Sólo un poema extenso de importancia, «Tam O’Shanter», salió de su pluma después de su época de Edimburgo, pero fue uno de los mejores. Fue escrito a instancias del capitán Francis Grose (1731-91), que deseaba una historia fantástica para acompañar a sus grabados de Alloway Kirk en la obra Antiquities of Scotland (1789-91). En Edimburgo, Burns conoció a James Johnson, editor de The Scots Musical Museum (6 vols., 1787-1803), a quien acompañó entusiásticamente en la tarea de coleccionar voces y música escocesa y aun brindó composiciones líricas propias cuando las disponibles no se adaptaban bien a las tonadas favoritas. A colecciones como el Museum de Johnson, la Select Collection of Original Scottish Airs (1793) de George Thompson y la Selection of Scots Songs de Peter Urbani aportó Burns más de 300 canciones. De estas composiciones líricas dice W. E. Henley: «Burns recogió el folklore de su país natal y lo tamizó a través de su propio genio, enriqueciéndolo en la transcripción; de modo que para el mundo es y seguirá siendo no como él lo encontrara, sino como lo dejó.»
En 1793, el entusiasmo de Burns por la Revolución Francesa estuvo a punto de costarle su empleo de recaudador, hasta el punto que hubo de sufrir la humillación de retractarse de sus ideas para que el asunto se olvidara. Sobrevivió, sin embargo, a esta tempestad y, a punto de ascender, sucumbió a la endocarditis el 21 de julio de 1796 tras una larga enfermedad.