George Gordon Byron, conocido como el poeta inglés, nació en Londres en 1788 y falleció en 1824.
Su vida estuvo marcada por el tumulto y el romanticismo, reflejados en sus obras.
Proveniente de una familia aristocrática escocesa, enfrentó dificultades desde su infancia, incluyendo una deformidad en un pie.
A los 10 años, heredó un título nobiliario y una fortuna, transformando su vida.
Su carrera literaria comenzó con "Hours of Idleness" y continuó con la célebre "Childe Harold", que consolidó su fama.
Biografía de Byron, George Gordon
(1788-1824). Poeta inglés, nacido en Londres. Su vida personal fue tumultuosa y romántica como los poemas que escribió. Hijo de una pobre pero aristocrática familia escocesa, su padre murió cuando el poeta contaba solamente tres años de edad. El joven George se vio tan pronto mimado como reñido por su errabunda y caprichosa madre. Contribuyó a exacerbar su susceptibilidad el hecho de haber nacido con un pie deformado. A los 10 años heredó el título nobiliario y una regular fortuna, con lo que pasó de la pobreza a la riqueza, de la condición de muchacho burlado y lisiado a la de noble solicitado.
En 1807, siendo aún estudiante en Cambridge, publicó su primer libro, Hours of Idleness, que fue muy censurado por la crítica, especialmente por Henry Brougham en la Edinburgh Review. Al año siguiente Byron escribió la demoledora sátira, English Bards and Scotch Reviewers (1809), que levantó un huracán de protestas. La siguiente de sus obras, Childe Harold (1812), puso su nombre en boca de todos. El mismo Byron dijo del libro: «Me desperté una mañana y me encontré famoso». El poema contiene la narración fantástica de sus viajes a través de Portugal, España, Grecia, Turquía e Italia. El libro le hizo famoso, no sólo como poeta sino, también como persona. Su noble porte, el aire de misterio que le rodeaba, su desastrosa reputación moral, su ingenio salvaje, su nacimiento, sus viajes y la arrogancia insolente de sus maneras hicieron de él el tipo ideal del romántico. Su matrimonio desgraciado, sus escabrosas relaciones y su apasionado amor por la libertad contribuyeron a aumentar la leyenda.
Sus trabajos literarios se sucedieron rápidamente uno tras otro. En 1813 aparecieron The Giaour y The Bride of Abydos y en 1814 The Corsair, del que se vendieron 10000 ejemplares el día de su publicación. Hebrew Melodies apareció en 1815. Al año siguiente, el tempestuoso escándalo que provocó la demanda de divorcio planteada por Lady Byron obligó al poeta a abandonar Inglaterra, a donde juró no volver jamás. Recorrió toda Europa para fijar su residencia, por fin, en Italia. Durante este periodo de relativa tranquilidad escribió lo mejor de su producción literaria: The Prisoner of Chillon (1816), Manfred (1817), Mazeppa (1819) y finalmente Don Juan, su más largo y último gran poema. En los años 1818-21 acabó los cinco primeros cantos, pero a su muerte se encontró una gran cantidad de material con destino al poema, amén de numerosas estrofas acabadas. La obra ha sido calificada de epopeya burlesca, pero el mismo Byron la definió como «humorístico-realista». Pertenece a la mejor tradición satírica.
De súbito pasó el poeta, sin transición, de una vida de ocio y lujuria a una febril actividad. Enamorado de la causa de la revolución griega contra la dominación turca, decidió ir a Grecia para dedicar a la empresa todo su esfuerzo, su dinero, su aportación personal y hasta su misma vida en aras de la independencia griega. Reunió todos sus fondos, vendió incluso su yate favorito y acondicionó un barco en el que zarpó para Grecia. Una vez allí, hizo lo posible para ayudar a los rebeldes griegos a organizar un ejército y un plan de acción. La dureza castrense, su organismo arruinada por los excesos de toda índole y la feroz dieta a que se sometía para conservar su prestancia física minaron su salud de tal modo que halló la muerte después de una rápida enfermedad. Su cuerpo fue llevado a Inglaterra y enterrado en el panteón familiar en la iglesia de Hucknall Torkard, cerca de Newstead. Su corazón fue enterrado por los griegos en Missolonghi, lugar en que murió el poeta.
Byron ocupa un lugar destacado entre los poetas heroicos. La pasión y energía de sus obras son asombrosas; no es posible leer sus poemas sin experimentar el deseo de ser más orgulloso, más valiente y más libre. Su vida fue de un hombre infatigable; a menudo desgraciado, siempre en pos de nuevas canciones que cantar, nuevas mujeres a quienes enamorar y nuevas causas que defender. Porque sufrió mucho y sintió mucho, pudo escribir lo mejor sobre el dolor y el amor, la opresión y la libertad.