Una cabeza de puente es un área fortificada en la orilla enemiga de un río, lo bastante amplia y protegida para facilitar la construcción o defensa de un puente.
El concepto, conocido como Tête de pont en francés militar, se utiliza en textos de ingeniería militar y en el ámbito táctico y estratégico.
La cabeza de puente es un terreno ocupado en la margen enemiga de un río, suficientemente extenso y fortificado para permitir la construcción de un puente o la defensa, en su caso, del ya existente.
El término militar francés Tête de pont se emplea con frecuencia en los libros de texto de ingeniería militar y su uso se ha extendido al lenguaje táctico y estratégico.
De forma parecida se dice «cabeza de playa» el terreno tomado inicialmente en el litoral enemigo, que debe ensancharse lo suficiente para permitir una adecuada defensa en profundidad que proteja el desembarco de refuerzos, abastecimiento y equipo.
La cabeza de puente es un elemento crucial en operaciones militares, ya que permite establecer una base de operaciones en territorio enemigo, facilitando el avance de las tropas y asegurando una posición estratégica para futuras acciones.
Para mantener una cabeza de puente, es fundamental contar con un adecuado sistema de defensa que proteja tanto el puente como el terreno ocupado, evitando contraataques enemigos que puedan poner en peligro la posición conquistada.
En términos históricos, las cabezas de puente han sido utilizadas en numerosas batallas y conflictos a lo largo de la historia, demostrando su importancia como punto de apoyo para el desarrollo de operaciones militares exitosas.