La palabra cabezonada se refiere a una actitud de testarudez o terquedad, donde una persona se aferra a sus ideas o decisiones sin considerar otras opiniones.
Esta característica puede manifestarse como un capricho, donde la obstinación se basa en deseos personales más que en razones lógicas.
En definitiva, la cabezonada refleja una resistencia a cambiar de opinión, a menudo provocando conflictos en las relaciones interpersonales.