La cabina presurizada en aeronáutica es un espacio diseñado para mantener una presión adecuada similar a la del nivel del mar, evitando así los efectos adversos de la altitud, como la falta de oxígeno y la descompresión.
Este entorno controlado se logra mediante sistemas que comprimen el aire, garantizando la seguridad de los ocupantes.
En caso de una descompresión explosiva, es crucial que no haya obstáculos que impidan la salida del aire de los pulmones, protegiendo así al personal a bordo.
Los efectos de la altitud por descenso de la presión (falta de oxígeno, descompresión y expansión de gases) pueden evitarse manteniendo alrededor del aeronauta la presión normal, es decir, la existente al nivel del mar. Aunque a este fin se han ideado equipos personales capaces de mantener la presión deseada, siempre será preferible una cabina hermética acondicionada, equipada con bombas o insufladores que comprimen el aire que penetra y lo conservan a la presión requerida. Si vuela una ventana o perfora un proyectil enemigo las paredes de la cabina, desciende súbitamente la presión hasta igualarse con la presión exterior. Un accidente de esta clasey conocido por descompresión explosiva, no lesiona al personal volante con tal de que no existan obstáculos a la salida del aire de los pulmones en el momento de la descompresión.
El frío, uno de los efectos de la altitud que ha producido más molestias y sufrimientos, ha constituido también uno de los problemas más difíciles de resolver. La temperatura desciende aproximadamente 2 grados por cada 300 m de altitud hasta los 12200 m, en que la temperatura normal es de irnos —55 C. Durante la II Guerra Mundial se registraron temperaturas aún más bajas, de. cerca de —64 C, a los 9000-10 000 metros.
El frío reduce claramente la capacidad del organismo. Cuando éste se encuentra frío, se embota el sentido del tacto y los movimientos musculares se hacen difíciles y torpes. Si el frío se hace extremado, sobrevienen la somnolencia y el estupor, seguidos de inconsciencia. Los efectos del frío a grandes alturas se agravan por la anoxia. El peligro máximo reside en las congelaciones, que se producen rápidamente a
temperaturas tan bajas (v. Cuerpo humano, Temperatura del). Para superar los riesgos del frío se han ideado trajes acolchados, trajes calentados eléctricamente y cabinas caldeadas. Las cabinas a presión reducen también el frío, ya queel proceso de compresión del aire que penetra en ellas lo calienta. La temperatura del aire que penetra en la cabina es susceptible de regulación automática.
Algunas maniobras ejercen profundos efectos fisiológicos sobre el organismo. La velocidad en sí no perjudica al navegante aéreo, ya que su cuerpo no sufre el impacto del viento. Un aumento súbito de velocidad empuja al piloto contra el asiento, al paso que una disminución instantánea lo lanza hacia adelante. El shock que se experimenta al abrirse el paracaídas se debe a la disminución súbita en velocidad de caída. Todos estos efectos de aceleración lineal son fundamentalmente mecánicos más que fisiológicos (v. Glosario). Las maniobras que ejercen mayores efectos fisiológicos sobre el cuerpo son las que implican aceleración radial (cambios súbitos de dirección). Tales movimientos, importantes en los vuelos de combate, pocas veces son necesarios en los vuelos civiles.
Las fuerzas que actúan sobre el cuerpo en las maniobras aéreas se miden en relación con la fuerza de gravedad y se denominan fuerzas G. Lo mismo cabe decir del peso. De este modo, si un cambio de dirección supone una, aceleración de 4 G, el cuerpo pesará (o se sentirá pesar) cuatro veces más que en reposo.