La palabra cabruna se refiere a la piel de cabra, un término que se utilizaba principalmente en Aragón.
Aunque hoy en día su uso es considerado anticuado y se encuentra en desuso, evoca una conexión con tradiciones pasadas y la importancia de este material en la cultura local.
La cabruna representa no solo un recurso natural, sino también un legado cultural que refleja la relación entre las comunidades y su entorno.