La palabra cádava se refiere a un tronco chamuscado de árgoma o tojo que permanece en pie tras una quema.
Este término es utilizado especialmente en la región de Asturias, donde estos restos se aprovechan como leña.
La cádava representa no solo un recurso natural, sino también una conexión con las prácticas tradicionales de manejo del fuego y la vegetación en el entorno rural.