La palabra calamida se refiere a un término antiguo y en desuso, que proviene de la forma caíamíta.
Su uso se ha vuelto raro en el lenguaje actual, lo que la convierte en una curiosidad lingüística.
Aunque su significado específico puede no ser ampliamente conocido, su existencia refleja la evolución del idioma y cómo ciertas palabras caen en el olvido con el tiempo.