La palabra calato (en masculino) y calata (en femenino) se utiliza en algunos países de habla hispana para referirse a alguien que está desnudo.
Además, en un sentido más figurado, se emplea la expresión estar calato para describir a una persona que se encuentra sin dinero o en una situación económica precaria.
Estas acepciones reflejan la versatilidad del término en el lenguaje coloquial.