El que cuenta como bisiestos todos los años múltiplos de 4, aunque terminen siglo.
Se sugiere leer también la definición de: calendario2º artículo
Para corregir tales errores y proporcionar a todo el Imperio las ventajas de un calendario uniforme, Julio César estableció un nuevo calendario que entró en vigor el 1 de enero del año 45 a. de J.C., un año antes de morir asesinado. Éste fue el calendario juliano, que lleva el nombre de su innovador, para cuya redacción contó César con la colaboración técnica de Sosígenes, astrónomo de Alejandría. Para ajustar el calendario a las estaciones se ampliaron a 15 los meses del año 46 a. de J.C., con una duración de 445 días. Esta adición fue necesaria para corregir el retraso de tres meses que se había acumulado con relación al año trópico. El año 46 a. de J.C. fue llamado el «año de la confusión» a causa de su longitud; sin embargo, contribuyó de manera definitiva a acabar con el confusionismo hasta entonces existente. El calendario juliano se basaba en el año egipcio de 365 1/4 días. Cada cuatro años se intercalaba un día (éste es el origen de los años bisiestos) y el año se dividió en 12 meses de desigual duración, puesto que 365 no es divisible por 12. En honor de César se dio el nombre de Julius al mes Quintilis. Después del asesinato de César, una falsa interpretación del sistema hizo que el día intercalar de febrero se añadiera cada tres años en lugar de cada cuatro. El sucesor de César, Augusto, corrigió el error acumulado omitiendo el día intercalar durante tres años bisiestos consecutivos y restableciéndolo en el año 8 de nuestra Era, que marca el inicio del sistema actual de años bisiestos. El Senado romano cambió el nombre del mes Sextilis por el de Augustus. El sistema de numerar los años a partir del nacimiento de Jesucristo, de donde deriva la indicación A. D. (Anrio Domini, año del Señor), parece deberse a Dionisio el Exiguo en el siglo vi. Véase Cronología; Dionisio el Exiguo.