El término callosar se refiere a una acción antigua que implica encallecer, es decir, formar callos o endurecer la piel en ciertas áreas del cuerpo.
Esta palabra, aunque hoy en día se considera anticuada y en desuso, evoca la idea de un proceso natural que ocurre como respuesta a la fricción o presión constante.
Su uso refleja un tiempo en el que el lenguaje era más rico en matices relacionados con la fisiología humana.