La calzada romana se refiere a las grandes vías que construyó el Imperio Romano para facilitar el transporte y la comunicación en sus territorios.
En España, aún se conservan muchos restos de estas impresionantes obras de ingeniería, que no solo conectaban ciudades, sino que también eran fundamentales para el comercio y el control militar.
Estas calzadas son testigos del legado romano en la infraestructura de la península.