La palabra calzorras se utiliza en un contexto coloquial y familiar para referirse a un calzonazos, es decir, a un hombre que se caracteriza por ser muy flojo y condescendiente.
Este término refleja una actitud de sumisión y falta de firmeza, donde la persona tiende a ceder ante las demandas de otros, especialmente en relaciones personales.
Así, "calzorras" se convierte en un sinónimo de debilidad y falta de carácter.