La cambija es una estructura hidráulica utilizada principalmente en sistemas de distribución de agua.
Su función principal es actuar como un depósito intermedio que regula el flujo y la presión del agua antes de que esta sea distribuida a través de las cañerías hacia su destino final, ya sea para consumo humano, riego agrícola o uso industrial.
Estas arcas de agua suelen estar construidas con materiales resistentes como piedra, ladrillo o concreto, y se sitúan estratégicamente en puntos elevados del terreno.
La elevación permite aprovechar la gravedad para facilitar el movimiento del agua a través del sistema de tuberías, reduciendo así la necesidad de bombeo mecánico y optimizando el uso energético.
Históricamente, las cambijas han sido esenciales en el desarrollo de infraestructuras urbanas y rurales, especialmente en regiones donde la topografía y la disponibilidad de recursos hídricos requieren soluciones ingeniosas para garantizar un suministro constante y eficiente.
En algunos casos, estas estructuras también pueden incluir mecanismos de filtración y sedimentación para mejorar la calidad del agua antes de su distribución.