La palabra camelista tiene dos acepciones principales.
En primer lugar, se refiere a un cuentista en el ámbito familiar, alguien que narra historias o anécdotas, a menudo de manera exagerada o ficticia.
En segundo lugar, se utiliza como un adjetivo para describir algo que carece de valor, como en el caso de un pintor que es considerado camelista, sugiriendo que su obra no tiene calidad o relevancia.