El término caminejo se utiliza de manera despectiva para referirse a un camino, específicamente a aquel que ha sido hollado por el paso frecuente de personas o animales.
Esta palabra evoca una sensación de desprecio hacia la calidad o el estado del sendero, sugiriendo que es un lugar poco cuidado o de escaso valor.
Así, el caminejo se convierte en un símbolo de caminos que, aunque transitados, carecen de la dignidad que merecen.