Campanella, Tomaso fue un filósofo y teólogo italiano nacido en Stilo (Calabria) en 1568 y fallecido en 1639.
Desde joven mostró interés por las obras de Alberto Magno y Tomás de Aquino, lo que lo llevó a unirse a la Orden Dominicana a los 15 años para profundizar en sus estudios de Filosofía, Teología y Latinidad.
Durante su formación, se vio influenciado por la obra de Bernardino Telsio y también por las ideas de Nicolás de Cusa.
Biografía de Campanella, Tomaso
(1568-1639). Filósofo y teólogo italiano, natural de Stilo (Calabria).
Atraído por las obras de Alberto Magno y Tomás de Aquino, ingresó en la Orden Dominicana a la edad de 15 años para continuar sus estudios de Filosofía, Teología y Latinidad.
Pronto topó con una obra de Bernardino Telsio, que ejerció en él poderosa influencia, al igual que las obras de Nicolás de Cusa.
El primer libro de Campanella, escrito en 1591, constituye una defensa del punto de vista de Telsio, con su llamada a la «naturaleza» más que a la «autoridad» como fuente del conocimiento filosófico.
Al igual que su contemporáneo Francis Bacon, Campanella rechaza la influencia aristotélica («autoridad») en el pensamiento especulativo y propugna en su lugar el conocimiento de la realidad mediante el estudio de la misma.
Nuevos cargos de herejía formulados contra él en 1599 con las agravantes de complicidad y conspiración contra el dominio español en el S de Italia le llevaron a la cárcel (1603-29), de la que fue libertado por intercesión del papa Urbano VIII.
Pero, en 1634, la complicidad de uno de sus alumnos en un nuevo complot contra España le obligó a huir a Francia, donde encontró amparo en Luis XIII y el cardenal Richelieu.
El rasgo medieval más acusado de su filosofía consiste en su afirmación de una jerarquía del «ser» —realidad verdadera y última, fin de todo devenir— en escala descendente a partir de Dios, definido como ser puro, pasando por varias fases de «cuasi-ser» o realidad inferior.
Los seres humanos son así en gran medida «irreales» con respecto a Dios. La respuesta dada por él a la pregunta de ¿cómo es posible el conocimiento humano? había de ejercer gran influencia en las especulaciones de Rene Descartes e Immanuel Kant.
Cada persona posee un «sentido interno» que atestigua su propia existencia, la validez de sus «sentidos externos», como la vista y el oído y la existencia de Dios.
Aunque no de gran originalidad o fuerza en sí mismas, las especulaciones de Campanella son importantes por haber sido expuestas en el periodo de transición de la filosofía medieval a la moderna.
Si bien pareció justificar la estructuración de una teoría del mundo por medio de la experiencia sensorial, permaneció ortodoxo y fiel a la Iglesia Católica.
En su utópica filosofía social, expuesta en la Ciudad del Sol, propugna un imperio autoritario y universal de organización comunística, controlado eugénicamente bajo la dirección suprema del Papa.
La obra "La Ciudad del Sol" es quizás el legado más conocido y estudiado de Campanella, en la que describe una sociedad ideal basada en principios de igualdad, conocimiento compartido y un gobierno teocrático.
Esta obra refleja su visión de una sociedad perfecta, donde la propiedad es comunal, no existe el crimen y la educación es valorada por encima de todo. A través de este texto, Campanella contribuye significativamente al género literario utópico, influenciando a pensadores y escritores posteriores en sus propias concepciones de sociedades ideales.
Además de "La Ciudad del Sol", Campanella escribió numerosos trabajos filosóficos, teológicos y políticos, incluyendo tratados sobre el poder del Papa y la reforma de la Iglesia, así como críticas a la astrología y defensas del heliocentrismo. Su pensamiento se caracteriza por una constante búsqueda de reconciliación entre la fe y la razón, intentando demostrar que los descubrimientos científicos no solo son compatibles con la fe cristiana, sino que también la refuerzan.
Campanella vivió en una época de grandes cambios y conflictos. Su vida estuvo marcada por sus enfrentamientos con la autoridad eclesiástica y secular, lo que lo llevó a pasar muchos años en prisión. Sin embargo, estos periodos de encarcelamiento no mermaron su producción intelectual; por el contrario, le permitieron desarrollar y madurar sus ideas.
La experiencia de la prisión influyó profundamente en su pensamiento, llevándolo a reflexionar sobre la naturaleza del poder, la justicia y la libertad.
A pesar de las adversidades que enfrentó, Campanella nunca dejó de creer en el potencial humano para alcanzar un conocimiento más profundo del universo y mejorar las condiciones sociales.
Su obra es testimonio de un incansable esfuerzo por comprender el mundo y proponer caminos hacia un futuro mejor. Aunque algunas de sus ideas puedan parecer anacrónicas hoy en día, su espíritu crítico y su compromiso con la búsqueda de la verdad siguen siendo relevantes.