La palabra candilada se refiere a la porción de aceite que se derrama de un candil, un tipo de lámpara que utiliza aceite como fuente de luz.
Este término, de uso familiar, evoca la imagen de la luz suave y cálida que emana de estos dispositivos, así como el pequeño accidente que puede ocurrir al manipularlos.
La candilada simboliza tanto un momento cotidiano como un recordatorio de la fragilidad de la luz.