El término candilón se refiere, en su primera acepción, a un aumento del candil, una lámpara que proporciona luz.
En un contexto más figurado, la expresión estar con el candilón se utilizaba en algunos hospitales para señalar que un enfermo se encontraba en estado moribundo, indicando así la gravedad de su situación.
Este término evoca tanto la luz como la cercanía de la muerte, reflejando su dualidad en el lenguaje.