Alonso Cano (1601-67) fue un destacado pintor y escultor español, originario de Granada.
Hijo de un ensamblador de retablos, recibió formación en Sevilla bajo la tutela de maestros como Juan Martínez Montañés y Francisco Pacheco.
Su carrera despegó en Madrid, donde, tras un incidente con otro artista, encontró el apoyo de Velázquez.
A pesar de su prolífica producción, que incluye obras notables como "La Virgen con el Niño", su vida se vio marcada por tragedias personales y acusaciones que lo llevaron a vivir en la clandestinidad.
Biografía de Cano, Alonso
(1601-67). Pintor y escultor español, nacido en Granada, hijo de un ensamblador de retablos. Estudió en Sevilla con Juan Martínez Montañés y Francisco Pacheco. Entre sus primeras producciones figuran tres retablos para el colegio de San Alberto y dos para el monasterio de Santa Paula. De resultas de un lance con el pintor Sebastián Llano Valdés hubo de huir y refugiarse en Madrid (1637), donde encontró la protección de Velázquez, que había sido condiscípulo suyo en el taller de Pacheco. Con tal valimiento consiguió del conde-duque de Olivares la dirección de algunas obras en los palacios reales (1639) y el nombramiento de pintor del rey. Su producción en Madrid fue abundante: La Virgen con el Ñiño y San Ignacio (San Isidro); Cristo desnudo (San Ginés); Jesucristo muerto sostenido por un ángel y San Benito (Prado); pero un acontecimiento desgraciado vino a interrumpir su labor. Su mujer aparece asesinada y él envuelto en sospechas que le hacen andar fugitivo por un crimen que al parecer cometió en realidad un oficial italiano que vivía en su misma casa. Consiguió la prebenda de racionero en Granada (1652), no por mucho tiempo, ya que, al transcurrir el plazo establecido sin ordenarse, fue concedida a otro. Recibió entonces ayuda del obispo de Salamanca, que le procuró una capellanía, le ordenó subdiácono y consiguió de Felipe IV que le fuera restituida la ración de Granada, que disfrutó hasta su muerte.
Se le considera uno de los mejores imagineros, sobre todo en figuras femeninas (Virgen del Rosario y Busto de Eva, en la catedral de Granada) y uno de los más eximios pintores. En el Museo del Prado pueden admirarse cuadros suyos tan famosos como Virgen contemplando a su Divino Hijo, San Juan Evangelista escribiendo el Apocalipsis, San Benito Abad, San Jerónimo, La Virgen adorando a su Hijo, Cristo en el pilar y Jesucristo difunto. Entre sus numerosos discípulos se cuentan Pedro de Mena y José de Mora (escultores) y Alonso de Mesa, Miguel Jerónimo Cieza y Sebastián de Herrera (pintores).