La expresión cara de hereje se utiliza en un sentido figurativo y familiar para referirse a una apariencia poco agraciada o desagradable.
Esta frase evoca la idea de que la fealdad de una persona puede ser tan notable que se asemeja a la imagen que se tiene de alguien que es considerado un hereje, es decir, alguien que se aparta de las creencias aceptadas.
Para una comprensión más completa, se recomienda consultar también la definición de cara.