La palabra caramida se refiere a un imán natural, un mineral que posee la capacidad de atraer objetos metálicos.
Este término también se utiliza en el ámbito de la química para describir un tipo específico de óxido de hierro conocido como óxido de hierro magnésico.
La caramida, por tanto, tiene aplicaciones tanto en la ciencia como en la industria, destacándose por sus propiedades magnéticas.