El carbonato sódico es un compuesto químico que se ha obtenido históricamente mediante la lixiviación de cenizas de plantas salsoláceas, conocidas como barrilla.
En 1786, Nicolás Leblanc introdujo un método que transformaba la sal común en carbonato sódico a través de un proceso químico.
Actualmente, la mayoría de su producción se realiza mediante el método Solvay, que utiliza salmueras como materia prima, aprovechando recursos naturales para su obtención.
Se obtenía antiguamente por lixiviación de las cenizas, llamadas barrilla, de ciertas plantas salsoláceas, muy abundantes en España, hasta que en 1786 Nicolás Leblanc dio a conocer su procedimiento, conforme al cual se trata la sal común por ácido sulfúrico para obtener ácido clorhídrico y sulfato sódico. Éste, mezclado con carbón y caliza y calentado en un homo rotativo se reduce a carbonato parcialmente; por lixiviación del producto obtenido se logra una lejía o solución de carbonato sódico que contiene algo de hidróxido. El calor residual del horno se aprovecha para evaporar la lejía y el anhídrico carbónico contenido en los humos para completar la carbonatación. Véase Leblanc, Nicolás.
Hoy en día, prácticamente todo el carbonato sódico se fabrica por el procedimiento Solvay (v. Solvay, Ernest), que emplea como materia prima las salmueras, soluciones. de cloruro sódico, naturales o preparadas artificialmente. Las primeras tienen su origen en las corrientes de. agua subterráneas que atraviesan yacimientos de sal o proceden de mares interiores, cuyas aguas contienen sal en concentración suficiente. Para preparar las artificiales suele emplearse sal gema o de salinas.
La salmuera se satura con amoniaco gaseoso, soluble en ella, y después de enfriada y filtrada se impulsa mediante bombas hacia unos altos cilindros verticales de hierro, divididos en compartimientos por mamparos perforados, en los que se introduce simultáneamente anhídrido carbónico, que se absorbe por la salmuera amoniacal para formar bicarbonato sódico y cloruro amónico: NaCl + NH3 + H2O + CO2 -» NaHC03 + NH4Cl. El bicarbonato que precipita en forma de cristales se separa por filtración y calentado se transforma en carbonato sódico, desprendiendo anhídrico carbónico: 2NaHCO3 + calor -» Na2CO3 + H2O + CO2 El cloruro amónico calentado con cal viva —los hornos de cal suministran el anhídrico carbónico necesario para la reacción inicial del proceso— cede el amoniaco que se reintegra al ciclo: 2NH4CL + CaO -» CaCl2 + 2NH3 + H2O. Esta recuperación casi completa del amoniaco explica la popularidad del proceso Solvay, que ha desplazado totalmente al de Leblanc.
También se ha obtenido carbonato sódico como producto secundario de la fabricación de alúmina a partir de la criolita, fluoruro de aluminio y sodio, que, tratada con cal en caliente, forma fluoruro cálcico y aluminato sódico. Por carbonatación de la lejía de aluminato se obtiene alúmina y carbonato sódico. La escasez de criolita natural —apenas si se encuentra fuera de Groenlandia— y su empleo en la fabricación del aluminio, que desde la II Guerra Mundial obligó a prepararla artificialmente, han quitado toda importancia al proceso.
El carbonato sódico es una materia prima esencial para la fabricación de muchos e importantes productos. La industria del Vidrio es el principal consumidor, pero se emplea también en grandes cantidades en la fabricación de Jabón, de pasta de celulosa y Papel, en la refinación de petróleo, en el tratamiento de aguas duras, como agente de limpieza, etc.
En su forma cristalizada con diez moléculas de agua, Na2CO3.10 H2O, se le conoce vulgarmente como «sosa cristal», «sosa para lavar» y, en España, como «cristales de sosa». Por el contrario, se denomina «sosa calcinada» y también «sosa Solvay» el carbonato sódico anhidro. Véase Sodio, Compuestos.