La carbónica es una bebida refrescante y estimulante que se caracteriza por su efervescencia, resultado de la saturación del líquido con bióxido de carbono.
Esta bebida, que no contiene alcohol, puede presentarse en diversas formas, como agua de seltz o gaseosa, y se disfruta por su burbujeo al abrirla.
Su producción ha evolucionado desde métodos tradicionales hasta técnicas modernas, facilitando su envasado y transporte.
Bebida refrescante y estimulante que se hace efervescente por saturación del líquido con bióxido de carbono (anhídrido carbónico) a presión y a la que se comunica diversos sabores según el gusto preferido. No contiene alcohol y se denomina, según los casos, agua de seltz y gaseosa. Al destapar una botella de agua carbónica, la pérdida de presión permite el burbujeo o efervescencia del gas disuelto, tres a cinco veces el volumen de líquido, a una presión de tres a cinco atmósferas. Durante mucho tiempo el gas carbónico se preparaba haciendo actuar un ácido sobre el bicarbonato sódico o se aprovechaba el producido por las fábricas de cerveza; actualmente se obtiene por purificación de los gases de combustión de muy diversos materiales. Su envasado, en forma líquida, en botellas de acero, y, más aún, su fabricación en forma sólida, hielo seco, facilita mucho su transporte y utilización. Véase Hielo seco.
Origen de la industria.
Hacia finales del siglo xviii se despertó tanto en América como en Europa un enorme interés por reproducir artificialmente las aguas efervescentes de los manantiales entonces famosos. Las primeras experiencias de científicos como Black, Cavendish, Priestly, Bergman, Lavoisier y Scheele fueron seguidas por afortunados esfuerzos para comercializar sus descubrimientos. En los Estados Unidos los inició Silliman, químico de Yale, y la fabricación y consumo de esta clase de bebidas se extendieron rápidamente.
Técnicas modernas de envasado.
Generalmente se mezclan en la botella el agua carbónica y un jarabe aromatizado, a base de sacarosa, que puede esterilizarse por el calor para evitar las fermentaciones. Para darle sabor y aroma se le añaden zumos concentrados de frutas, aceites esenciales de limón, naranja, lima y fresa o extractos de nuez de cola, jengibre, vainilla, sasafrás y otros. Para conseguir un deje picante se utilizan ácidos de frutos, cítrico o tartárico, o bien ácido fosfórico; el color, si es preciso, se imparte con colorantes autorizados, en muchos casos con caramelo.
Entre las bebidas carbónicas más populares se encuentran las que llevan extracto de nuez de cola, por lo que contienen pequeñas cantidades de cafeína, y de hojas de coca, de las que se ha separado la cocaína por un tratamiento apropiado, que les comunican su sabor especial. La cerveza de jengibre debe su sabor característico al extracto de raíz de jengibre de Jamaica. La zarzaparrilla se aromatiza con una esencia que contiene wintergreen y aceite de sasafrás o de zarzaparrilla.