El término caritatero se refiere a un canónigo de la catedral de Zaragoza que tiene la responsabilidad de distribuir las limosnas a los pobres y enfermos designados anualmente por el cabildo.
Esta figura es fundamental en la tradición de caridad en Aragón, simbolizando el compromiso de la iglesia con el bienestar de los más necesitados.
Su labor refleja un profundo sentido de solidaridad y compasión hacia la comunidad.