La carnavalada se refiere a un acto que resulta ridículo o grotesco, donde la seriedad se transforma en una situación cómica o absurda.
Este término evoca la esencia del carnaval, un tiempo de celebración y desenfreno, pero aplicado a contextos que pueden ser inesperados o inapropiados.
Por ejemplo, un evento formal, como un mitín político, puede convertirse en una carnavalada cuando pierde su propósito original y se torna en un espectáculo burlesco.