El término carnífice tiene un significado fascinante que va más allá de su uso común.
En el ámbito de la alquimia, se refiere al nombre del fuego, un elemento esencial en los procesos de transformación y creación de sustancias.
Este concepto evoca la idea de un poder transformador, donde el fuego actúa como un agente que puede descomponer y recomponer la materia, simbolizando la búsqueda del conocimiento y la magia de la naturaleza.