f. pl. Galerías subterráneas utilizadas por los cristianos primitivos como templos y cementerios.
♦ Usada en plural.
Ejemplo de uso: "las catacumbas de Roma".
Los primeros habitantes de Lima fueron enterrados bajo tierra en las catacumbas del convento. Se estima que hay huesos de más de 20 mil personas. Licencia CC
Origen etimológico de catacumbas: proviene de la palabra latina catacumbae
Segundo diccionario: catacumbas
Origen de la palabra: (latín catacumba, y éste del gr., debajo, y hueco, cavidad.)
f. pl. Subterráneos en que los primeros cristianos, principalmente en Roma, enterraban sus muertos y celebraban los actos del culto.
♦ Usada en plural.2º artículo
Cámaras sepulcrales subterráneas empleadas por los primitivos cristianos para enterrar a sus muertos y celebrar las ceremonias de su culto. Encuéntrame principalmente en Roma, pero también se han hallado en Nápoles, Siracusa y otros lugares. La palabra catacumba deriva de dos voces griegas: kata, debajo, y kymbe, cavidad, hueco. En su origen se aplicó el término exclusivamente al cementerio de San Sebastián, que estaba situado en un declive y era el único cementerio subterráneo conocido comúnmente en la Edad Media. Cuando en el siglo xvi se descubrieron otros cementerios subterráneos, se aplicó el nombre por extensión a todos ellos.
Las catacumbas romanas consisten en más de 40 grupos de galerías y cámaras subterráneas excavadas a diferentes profundidades en las blandas rocas de las colinas que circundan a Roma. Las investigaciones han demostrado que las catacumbas alcanzarían una longitud total de 320 km2 aproximadamente si se pusiesen unas a continuación de otras, y que en el transcurso de cuatro siglos se hicieron en ellas de 500000 a 700000 enterramientos. Han sido descritas, y probablemente hasta cierto punto con exactitud, como lugares que servían de refugio y culto durante la era de las persecuciones. Las galerías de las catacumbas tienen un trazado irregular; unas veces discurren paralelas, otras se entrecruzan y corren en forma de círculo para describir complicados laberintos. Estas galerías (ambulacro,) desembocan en determinados puntos a dos, tres o, más raramente, cuatro y aun más niveles diferentes. Sus medidas oscilan entre 2 y 6 m o más de altura y entre 1 y 1,5 m de anchura. Sus paredes están cubiertas normalmente de hileras de nichos rectangulares tapiados con losas (locull), que constituían el tipo más común de tumba y que a veces contenían más de un cuerpo. De trecho en trecho, una abertura practicada en la pared de la galería conduce a una cámara mayor o bóveda (crypta o cubiculum), más o menos ostentosa, según el rango de las personas en ella enterradas. Algunas de estas criptas encerraban tumbas de piedra o sarcófagos; en cavidades abovedadas se disponían mesas funerarias (arcosolia) para facilitar la celebración del Banquete Eucarístico. Véase Eucaristía.
Innumerables inscripciones y obras de arte halladas en las catacumbas suministran abundante información sobre los primeros siglos del Cristianismo y atestiguan la creencia de los primitivos cristianos en la Trinidad, en la divinidad de Cristo, en la vida después de la muerte y en la Comunión de los santos. Numerosas pinturas que decoraban las tumbas representan al Buen Pastor, la Eucaristía, la Virgen y los mártires. Las catacumbas se emplearon como lugares de enterramiento desde comienzos del siglo i hasta la época del saqueo de Roma el año 410. A partir de esta fecha siguieron celebrándose funciones litúrgicas sobre las tumbas de los mártires hasta los siglos ix y x, época en que sus restos fueron trasladados a basílicas e iglesias recién erigidas dentro de la ciudad (v. Basílica). Durante la Edad Media las catacumbas cayeron en desuso y, salvo el cementerio de San Sebastián, que era visitado por los peregrinos, fueron virtualmente olvidadas hasta que, en 1578, unos obreros que trabajaban en una cantera de arena descubrieron accidentalmente otro cementerio subterráneo.
Los arqueólogos del siglo xix Giuseppe Marchi y G. B. de Rossi efectuaron minuciosas exploraciones y estudios y establecieron los cimientos de la moderna ciencia de la arqueología cristiana (v. Arqueología). Las catacumbas más importantes son: San Sebastián, con su Memoria apostolorum, que conmemora o bien el lugar de enterramiento de los santos Pedro y Pablo en el siglo iii, o bien el lugar donde se detuvieron mucho antes los dos apóstoles en su viaje a Roma; San Calixto, con su crypta paparum, que contiene las tumbas de los papas martirizados en el siglo iii, adornadas con inscripciones y frescos, que relacionan el sacrificio eucarístico con los sacrificios de la Ley Antigua; Domitila, una de las más antiguas, que guarda preciosas muestras del arte cristiano primitivo; Priscila, con su fresco de la Virgen del siglo ii y su famosa Cappella greca; y Santa Inés, respetada por los siglos, que se conserva en su estado primitivo. Quizá la más importante de todas es la excavada en 1956 por el Rev. Antonio Ferrua, S. J., que dijo de la misma: «No se ha encontrado nada semejante en ningún cementerio cristiano». Pequeña como es la cámara, es notable por el número y belleza de sus frescos y la variedad de asuntos en ellos representados, tanto paganos como cristianos. Escenas del Antiguo y Nuevo Testamento se mezclan con frescos que pintan a Cleopatra acercando el áspid a su pecho, los trabajos de Hércules y otros temas mitológicos.
Entre los frescos que representan escenas de la Roma de principios del siglo iv (época en que se construyó la catacumba) existe una galería de retratos de médicos famosos y una escena en la que un cirujano realiza una operación quirúrgica.
Aunque los cementerios subterráneos más conocidos son cristianos, sería erróneo creer que las catacumbas son exclusivamente cristianas. Existen largas galerías subterráneas, de origen indudablemente pagano, cerca de Alejandría, en el N de Africa, y son especialmente dignas de mención las catacumbas judías, de la misma Roma, algunas de las cuales son contemporáneas de las cristianas. Véase Arqueología, Roma; Basílica; Enterramiento; Arte eclesiástico; Arte romano; Roma; Sarcófago; Tumba.