El término catibo tiene dos acepciones en el contexto cubano.
En primer lugar, se refiere a un pez de forma alargada, similar a una anguila, que presenta un color negro y amarillo, y puede crecer hasta casi un metro de longitud.
En segundo lugar, se utiliza para describir a una persona rústica, caracterizada por su falta de refinamiento o urbanidad.
Ambas acepciones reflejan aspectos de la cultura y la naturaleza en Cuba.