El caucho sintético es una substancia artificial que imita las propiedades del caucho natural, siendo utilizada en diversas aplicaciones industriales.
Este material se produce mediante procesos químicos y ofrece ventajas como mayor resistencia y durabilidad.
Su versatilidad lo convierte en una opción popular en la fabricación de neumáticos, calzado y otros productos, sustituyendo al caucho tradicional en muchas ocasiones.
Quím. ind. Cualquier substancia artificial semejante al caucho que substituye a éste en algunas aplicaciones.
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Un descubrimiento de enorme interés en la industria del caucho ha sido el hallazgo de varios métodos de producir sustancias similares al caucho partiendo de materias primas como el alcohol, la sal, el petróleo y el gas natural. Los primeros intentos se vieron sin duda estimulados por el alto precio del caucho natural, que en 1910 era superior a 6 dólares el kilogramo. Más recientemente la necesidad de independizarse del suministro del caucho natural (en época de guerra) y el deseo de fabricar productos superiores a los procurados por el caucho natural constituyeron otros tantos incentivos para avanzar en la misma dirección. En 1944 la cifra de producción de caucho sintético en Estados Unidos fue superior a la de consumo de caucho natural en cualquiera de los años anteriores. En 1955 la producción de caucho sintético se aproximó a las 600000 toneladas.
La clave de la fabricación de todo artículo sintético es el análisis del material al que ha de sustituir. En 1826 descubría Michael Faraday que el caucho natural estaba compuesto por un hidrocarburo, C5H8. Esta sustancia, que más tarde fue aislada, recibió el nombre de «isopreno» y se identificó con el metilbutadieno. El isopreno puede revertir al estado de caucho por medio de un proceso llamado Polimerización, en que varios cientos de moléculas simples de C5H8 se juntan para formar una molécula gigante que posee las propiedades del caucho. Los químicos alemanes consiguieron fabricar, durante la I Guerra Mundial, un caucho sintético empleando dimetil-butadieno en lugar de isopreno. En 1925, fabricaron ellos mismos otro tipo bastante barato de caucho sintético usando butadieno. Todavía no ha sido factible la elaboración de isopreno partiendo de una materia prima barata. Se fabricaron varias clases de caucho, cuya diferencia estriba en el número de moléculas simples de butadieno presentes en la molécula gigante, pero ninguna de ellas pareció demasiado satisfactoria si no es como sucedáneo en la fabricación de artículos de ebonita.
La intensa labor de investigación llevada a cabo de 1930 a 1940 demostró que, partiendo del butadieno, podía fabricarse el mejor caucho sintético en escala comercial para toda clase de aplicaciones. El butadieno podía a su vez obtenerse fácilmente partiendo del butano y el butileno (subproductos del petróleo), así como, a un coste ligeramente superior, del alcohol etílico. Investigaciones posteriores demostraron que podía obtenerse caucho de mejor calidad copolimerizando el butadieno con cantidades apreciables de otros compuestos, como el estireno (C8H8) o acrilonitrilo (C2H3CN) o bien emulsionando antes de la polimerización ambas materias en soluciones jabonosas.
En la hornada clásica de caucho sintético a polimerizar intervienen los siguientes ingredientes: butadieno (75 partes), estireno (25), emulsionante jabonoso (1-5), estabilizador de almidón o goma o albúmina de huevo (1-5), regulador para reducir la acidez (1-5), catalizador peróxido de polimerización (0, 1-1), agua (100-400). La reacción puede conseguirse a la temperatura ambiente en varios días o en pocas horas a temperaturas de 50-60 °C. La mezcla final semeja látex de caucho natural y, como él, es susceptible de transformarse en artículos de caucho acabados. Pueden usarse los preservativos y antioxidantes normales y emplearse el mismo sistema de vulcanización con ligeros cambios. El caucho así obtenido se denomina «buna-E» (BU de butadieno, NA de sodio, E de estireno). Este tipo de caucho se emplea sobre todo en la fabricación de neumáticos. Al principio, los neumáticos de caucho sintético no eran capaces de soportar las altas temperaturas generadas por la conducción rápida. Pero mediante la adición de grandes cantidades de negro de humo, la incorporación de pequeñas proporciones de caucho natural en cada hornada de caucho sintético y el uso de rayón de alta calidad en lugar de tejido se ha conseguido que los neumáticos de caucho sintético duren más que los de caucho natural.
Se han producido también otras clases de caucho sintético: el «neopreno», descubierto en 1931, mediante la polimerización del clorobutadieno; el «tiocol» (1932), obtenido del cloruro etilénico y el polisulfuro sódico; el «koroseal» (1935), derivado del cloruro vinilico; y el «poliisobutileno» (1940), formado del isobutileno. Cada tipo de caucho se destina a usos específicos para los que parece más adecuado. El poliisobutileno y el neopreno, por ejemplo, parecen superiores para las cámaras de los neumáticos. Estos cauchos sintéticos son más resistentes que el caucho natural a la acción de los disolventes, aceites y grasas y han remplazado casi por completo al caucho natural en numerosas aplicaciones.