La palabra celante tiene dos acepciones que reflejan su uso en contextos diferentes.
En primer lugar, se refiere a una forma antigua de "celar", es decir, a alguien que cela o guarda algo con cuidado, aunque esta acepción está en desuso.
En segundo lugar, se aplica a un religioso franciscano que sigue estrictamente la regla de no poseer bienes, destacando así su compromiso con la pobreza y la humildad.