San Celestino V fue un papa que ocupó el cargo tras un extenso periodo de indecisión en el cónclave, que duró 27 meses.
Elegido en 1294, a los 80 años, era un monje benedictino que había fundado una comunidad austera en Monte Murrone.
Su elección fue un desafío debido a su carácter humilde y su deseo de evitar las pompas del poder.
A pesar de su falta de experiencia en el ámbito político, su figura se asocia con la búsqueda de una vida más santa y sencilla.
Biografía de Celestino V, San
(1215-96). Papa, elegido tras un largo interregno. Al morir Nicolás IV (1292), el Colegio Cardenalicio, reunido en cónclave para la elección de nuevo pontífice, invirtió 27 meses de embarazosa y peligrosa indecisión hasta que decidió indagar fuera del grupo de cardenales para dar con la persona elegible. Pronto se llegó a un acuerdo al mencionarse el nombre de Pietro di Murrone. Solamente el cardenal Gaetano, que posteriormente sería Papa con el nombre de Bonifacio VIII, discrepó en la elección (v. Bonifacio VIII). Pedro, que entonces contaba 80 años, pertenecía a la Orden benedictina y, persiguiendo una vida más austera y santa, había fundado en Monte Murrone una rigurosa comunidad, que fue conocida por la de los Celestinos Benedictinos. Convenciéronle los cardenales de que aceptase la sede pontificia, no sin antes tener que luchar contra su carácter humilde y reacio a las pompas mundanas. Su ingenuidad e ignorancia de las astucias y estratagemas mundanas vinieron a probar su falta de idoneidad. Pronto se transformó en instrumento indefenso en manos de Carlos II de Nápoles y el papado quedó reducido casi a un estado de servidumbre. Al comprender que había sido engañado por el insidioso Rey, abdicó, y fue así uno de los seis papas que terminaron su reinado de esta forma. Fue apoyado en su decisión por Gaetano, que fue nombrado sucesor y mantuvo en custodia a su desilusionado antecesor para evitar un posible cisma. Celestino se retiró a practicar una vida de ayuno, oración y penitencia. Su fiesta se celebra el 19 de mayo.